Durante los últimos meses Javiera comenzó a notar ciertos cambios en su personalidad. Con veinte años sobre su cuerpo, las cuestiones cotidianas nada la apasionaban. Tampoco pasar todas las tarde con Nahuel -quien no era su novio, pero que sin duda lo apreciaba- la hacían sentir plena. Aquella sonrisa tan característica y las seguras expresiones de su rostro, morían en el trascurso de los días. A cambio renacían; las ojeras de insomnio y la fátiga a causa de su descuido en las comidas. Se sumaron también; el miedo constante y la consternación, de no saber porque se desataron aquellos rasgos y sentimientos tan impropios de ella.
El comportamiento de Javiera, nada pasó inadvertido para su familia y decidieron entonces, comenzar con una especie de rehabilitación en su propia casa. La explicación de porque llegaron a esta conclusión y la menera en que desarrollaron el proceso de limpieza, escapa al razonamiento de cualquier persona.
Un día en que Javiera no tenía fuerza siquiera para levantarse, sus padres entraron en la habitación y sin hacer mucho esfuerzo, la ataron de pies y manos, y la metiedon en la bañera sin agua. Allí quedó entonces encerrada; gritando y llorando. Sus largos cabellos y su delgado cuerpo de delicadas curvas, se golpeaba y resbalaba por la torpeza de los movimientos freneticos que no le permitían salir de la bañera. El miedo más que nunca era su único sentimiento, el cual la hacía retorcer de agonía. Pasó así un largo rato, hasta que el cansancio le impidió continuar. Resignada, decidió en ese momento liberar aquello que tanto aturdía su existencia. Javiera, sentada y completamente sudada, de un golpe aplastó su cara contra la pared y esbozó una leve sonrisa
Un música disonante; cruda y pesada, comenzó a sonar, al instante en que una oscura mancha salía de su cabeza para esfumarse en los blancos azulejos, hasta teñir la pared toda de negro. Así Javiera, mientras destilaba todo el "mal" que tenía dentro continuaba con su frenetico baile. La música, sincronizada con imagenes que en blanco y negro dibujaban; pinturas cuadriculadas de diferentes situaciones y personas; no eran más que momentos de su vida que tan olvidados tenía. cuanto más oscura era la imagen; más agitada la melodía y más agitada también se ponía ella. Y en cuanto el color claro resaltaba todo se volvía calmo.
Durante días enteros vivió en esa agonía. durante días aquella música de fondo, acompañó su rehabilitación.
La sobresaltó, luego la reconfortó y luego se apagó.